Azufre: Usos y beneficios para la salud

Azufre: Usos y beneficios para la salud

El azufre puede ser muy beneficioso para tratar afecciones cutáneas entre otras dolencias, tanto si lo utilizamos de forma tópica como si incluimos en nuestra dieta alimentos que lo contengan.

El azufre es un mineral que está presente en la corteza terrestre en gran cantidad y que cumple funciones muy importantes en nuestro cuerpo, por lo que su déficit puede provocar graves trastornos de salud.

En este artículo te explicamos qué nos aporta el azufre tanto en salud como en belleza, así como los alimentos que lo contienen y algunos suplementos naturales que podemos encontrar en diferentes formatos.

El azufre cumple unas funciones imprescindibles para la salud. Por este motivo, si lo tomamos como suplemento natural en caso de necesitarlo, ayudaremos al cuerpo a conseguir los siguientes beneficios:

  • Mejora la función del hígado y contribuye a la depuración natural del organismo.
  • Alivia los dolores causados por las enfermedades reumáticas.
  • Regula los niveles de glucosa en sangre.
  • Mejora la función digestiva.
  • Colabora en la oxigenación cerebral.
  • Regula el sistema nervioso.
  • Mejora el metabolismo de las grasas y de los hidratos de carbono.

Usos Cosméticos:

El azufre, tanto si forma parte de los componentes de los productos cosméticos como si lo consumimos con los alimentos, nos permite cuidar la salud de la piel, el cabello y las uñas, gracias a las siguientes propiedades:

  • Promueve la formación de la queratina y el colágeno, los cuales mejoran la firmeza y elasticidad de la piel.
  • Ayuda a eliminar las toxinas que se acumulan en la piel.
  • Calma los eczemas y las alergias cutáneas.
  • Combate las bacterias y los hongos.
  • Reduce el acné.
  • Uniformiza la pigmentación de la piel.
  • Fortalece las uñas y el cabello.

Cuándo se recomienda:

Según los puntos anteriores, el consumo de azufre como suplemento o el aumento del consumo de alimentos ricos en azufre se recomienda, en especial, a aquellas personas que sufren alguno de los siguientes desequilibrios:

  • Congestión hepática y dificultad a la hora de digerir los alimentos.
  • Niveles altos de colesterol o triglicéridos.
  • Trastornos nerviosos como ansiedad, estrés o depresión.
  • Fibromialgia.
  • Enfermedades reumáticas.
  • Acné.
  • Psoriasis.
  • Dermatitis.
  • Alopecia.
  • Alergias.
  • Diabetes.
  • Enfermedades autoinmunes.

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